El Retorno de los Brujos, de Pauwels y Bergier, por Manolo Rincón

Jacques Bergier y Louis Pauwels (1.960)


Este libro fue una auténtica revelación para mi y aún hoy me parece uno de los más inquietantes que se han escrito. Doy una referencia detallada del contenido
 
En 1953, un amigo común puso en contacto a Jacques Bergier con Louis Pauwels, periodista y escritor humanista de tendencias místicas. Aunque aparentemente no tenían mucho en común, pronto surgió la amistad, y de ahí el proyecto de un libro en colaboración. Inicialmente la idea de Pauwels era escribir sobre la historia y la realidad de las sociedades secretas, pero Bergier lo convenció para ampliar los contenidos. Trabajaron juntos durante varios años. El material de trabajo (libros, datos, casos) era proporcionado por Bergier y la redacción final correspondía a Pauwels. El resultado final fue El retorno de los brujos, subtitulado Una introducción al realismo fantástico, que fue publicado por Gallimard en 1960.

Estos son algunos de los temas tratados en la obra:

1. La alquimia. Enlazando con una crítica del positivismo y del reduccionismo cientifista heredados del siglo XIX, los autores exponen el procedimiento alquímico como muestra de un saber técnico alternativo pero no forzosamente opuesto a la ciencia moderna.
2. Las civilizaciones desaparecidas. Inspirándose en las recopilaciones de hechos extraños de Charles Fort (al que califican de «Rabelais cósmico»), Bergier y Pauwels consideran la posibilidad de que otras civilizaciones hayan florecido sobre la Tierra y se hayan extinguido antes de nacer la nuestra, y enumeran indicios que con el tiempo se han convertido en tópicos: las pirámides egipcias, la Isla de Pascua, las líneas de Nazca, las cartas de Piri Reis, diversos textos hindúes, etc.
3. Nazismo y esoterismo. La tesis de los autores sobre la Alemania nazi es que sólo una transformación radical de la base cultural y moral permite explicar lo inexplicable, el crimen y el desastre absolutos. «En el país de Einstein y de Planck», escriben, «se empieza a profesar una “física aria”. En el país de Humboldt y de Haeckel, se empieza a hablar de razas. Nosotros pensamos que tales fenómenos no se explican por la inflación económica.» Bergier y Pauwels detallan la vinculación de la cúpula nacionalsocialista a cultos esotéricos, así como la creencia en mitologías y cosmogonías aberrantes que en determinado momento se convierten en la ciencia oficial. Las primeras páginas de El pueblo blanco de Arthur Machen, donde éste distingue el mal absoluto de las pequeñas, banales maldades castigadas por el código penal, les sirve para ilustrar su posición. Machen, por cierto, estaba afiliado a la Golden Dawn, una sociedad iniciática inspirada en la Rosacruz.
4. La parapsicología. Quizá uno de los pasajes más célebres del libro es el que relata un experimento telepático supuestamente organizado por la Marina de los Estados Unidos en 1958: a lo largo de varias sesiones, un sujeto a bordo del submarino atómico Nautilus habría intentado adivinar qué cartas sacaba al azar un aparato mecánico situado en una base en tierra firme. El porcentaje de logros habría superado con creces lo estadísticamente «normal».
¿Qué pretendían demostrar Bergier y Pauwels con todo esto? En esta obra proponen que la realidad podría ser mucho más compleja de lo que suponemos o imaginamos, y que nuestra percepción de los hechos y nuestro juicio acerca de lo verdadero y de lo falso podrían estar sesgados por todos los estándares, concepciones y teorías convencionales establecidos, implícitos en el sentido común. Lo que nos parecería falso, anormal o «fantástico» podría ser simplemente lo que no cabe en la manera común de ver las cosas. Y, desde ese punto de vista, sería mejor apartarlo, olvidarlo: condenarlo, como diría Charles Fort. Lo que proponen Bergier y Pauwels en su obra es que el lector se libere de prejuicios, de teorías y concepciones caducas y vuelva a mirar directa y valerosamente a los hechos cara a cara, uno a uno, por fantásticos que resulten, antes de decidir con cuáles quedarse. «No nos lo creemos todo,» escribieron, «pero creemos que todo debe ser examinado.»
Lo fantástico sería entonces lo que queda tras el velo de las apariencias del sentido común y el saber oficial. El «realismo fantástico» era para sus promotores una suerte de realismo superior o superrealismo, una síntesis integradora de poesía y ciencia capaz de develarnos visiones nuevas e importantes que hasta ahora se ocultaban en las sombras.
En las páginas de El retorno de los brujos se dan cita personajes tan diversos como el biólogo J.B.S. Haldane, el jesuita Teilhard de Chardin, Arthur Clarke, H.P. Lovecraft, Jorge Luis Borges o Gustav Meyrink.
La obra de Bergier y Pauwels ha servido desde entonces como base para todo un género de libros de realismo fantástico y exoarqueología, y podrían catalogarse como los pioneros en este género al que luego se unirían otros autores

Manolo Rincón

3 comentarios:

  1. Con independencia de que fue un libro excelente, y de que apenas ha envejecido, en sus páginas encontraréis embebida una de las más portentosas joyas de la literatura religiosa-SCFI. Es el maravilloso relato 'Los Nueve Mil Millones de Nombres de Dios', de Arthur C. Clarke. Sólo por leerlo merece la pena buscar el libro en todas las 'librerías de viejo'. En las versiones españolas (todas de Plaza & Janés; la más antigua, de 1965), por desgracia (o por mala uva del editor; a saber), el relato no figura en el índice. En la primera edición, la de 1965, se agazapa en las páginas 171 a 176. De nada.

    Alfonso

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  2. Tiene otros relatos embebidos, como dice Alfonso. A parte del citado, que es uno de los mejores de Arthur C. Clarke, está cático a San Leivovitch, otra joya de la ciencia ficción y el Aleph de Borges. Una joya de libro.

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  3. Fue el primer libro de divulgación del que tengo recuerdo y el que me ha dejado mas recuerdos en este tipo de lectura. De los mas interesantes y que me animó a leer otras muchas tanto científicas como sociológicas y religiosas. Ha sido el primer libro que recomendé a mis hijos cuando llegaron a la edad de “merecer”. Recuerdo el libro en general y detalles “tontos” como el que explicaba que la especie humana tenía mas densidad de pelo que el mono.
    L adescripción no tiene nada que ver con las que exponéis algunos pero ahí queda mi granito.
    También he disfrutado con las novelas de “Dune” de Frank Herbert, de la ciencia ficción rusa y de los Assimov, Bradbury y otros. Fue toda una época.
    Con todo esto se consigue, aparte de conversar y rememorar, el volver a interesarse por unas lecturas ya olvidadas pero que siguen actuales y que son mejores que mucho de lo que te encuentras en el mercado. A este particular me siento demasiado clásico y agradezco las recomendaciones que llegan por estas páginas.
    Que sigamos así.

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